Volví, escucho y demando

Vuelvo a escribir en mi blog, después de bastante tiempo sin visitarlo, vuelvo a renacer en el mundo digital para colocar las demandas que me parecen justas. Bueno, primero que nada, era obvio que este tiempo lo ocuparía para descansar después del gran ajetreo creado por nosotros los estudiantes secundarios, la llamada Revolución Pingüina.
Bueno, ahora después de este tiempo de descanso, reviviré con este texto que escribiré a continuación, o mejor dicho, con esta demanda que les relataré.
Soy el presidente del Centro de Alumnos del Liceo Domingo Santa María, y como tal, participé de las demandas educacionales ocurridas durante la revolución secundaria. Escuche las demandas de mis compañeros, y a la vez, escuché las demandas de mis profesores, quienes apoyaron la toma y la movilización. El punto es que una de las quejas que más me hicieron los profesores de mi liceo era lo que tiene que ver con los “alumnos excedentes” en los cursos. ¿Que quiere decir esto?, los alumnos excedentes son alumnos que se encuentran por sobre el límite de estudiantes que debería de tener una lista de curso, o sea, los que están por sobre el número 45 de la lista, de tal forma que los cursos terminan teniendo un cantidad de 50 alumnos por aula escolar. Sin lugar a duda que esto esta por sobre las condiciones en que se pueda desarrollar una clase normal. Además, los alumnos que por alguna razón están ausentes, son remplazados por los alumnos excedentes de la lista, suplantándolo para que el establecimiento siga recibiendo la misma cantidad de dinero brindado por el Estado. Esta es una de las negligencias que no son fiscalizadas por las autoridades de la región. Además de ser una de las fallas que tiene la LOCE, pues permite un máximo de 45 alumnos por aula, y sin embargo, esta cantidad de alumnos es muy grande para un profesor que debe de educar a 180 alumnos por día. Mi colegio tiene una matrícula de cuatro mil alumnos aproximadamente. Imagínense cuanta plata directa del Estado llega a mi establecimiento educacional. Sin lugar a duda debemos de mejorar esa realidad, pues la educación ya no se trata de cantidad solamente, sino que también de calidad.